viernes, 18 de febrero de 2011

A mis amigos queridos

Ser amigo
no es solo decir palabras que consuelen,
es nadar en el mar de tus problemas.



Gracias a tantos amigos, que me han demostrado la verdad de su amistad en estos momentos de dificultad, también gracias a los familiares que se han portado como amigos del alma.
Un beso para todos.

En memoria de mi madre

El pasado día 15 de Febrero se ha marchado con el Señor mi madre, nos ha dejado un vacío muy grande, no puedo dejar de pensar en ella y en tantas vivencias que hemos tenido durante estos 52 años que hemos estado juntas.
Es por esto que quiero hacerle este homenaje que ni mucho menos expresa todo lo sentido y todo lo vivido.
A esa gran mujer, gran esposa y sobre todo gran madre.

Como tantas veces te he dicho:
MAMI, TE QUIERO MUCHO.





Tu que fuiste buena hija, buena hermana,
buena esposa, y sobre todo buena madre.

Tu que siempre velaste por nosotros tus hijos,
y que te entregaste completa a tu familia hasta en el último detalle.

Cuantas veces te quedaste con las ganas de comprarte algo para ti,
por asegurarte de que nunca nos faltará nada a nosotros.

Tu que estiraste el poco dinero de que disponías
para darnos algún regalito que necesitábamos.

Tu que nunca te comías un helado cuando nos lo comprabas a nosotros
diciendo que a ti no te gustaban los helados

Tu que te preocupaste y viviste solo para nosotros,
y hasta en él último suspiro no pensaste en ti,

Tu que nunca quisiste causarnos dolor ni sufrimiento,

Nos preguntamos, ¿porque Dios se lleva a la gente buena?
Y, es simplemente porque él quiere a sus Ángeles en el cielo con él.

Te fuiste con el Señor, y ya no te tenemos aquí.
solo nos basta con elevar nuestra mirada al cielo,
y ver que ahora eres mas feliz allí,

sin dolor ni sufrimiento y con tu mente libre y llena de nuestros recuerdos.
El cielo se lleno de gozo porque tu ya estas allí.

Hoy te has reunido junto a tu padre y tu madre,
que te esperaban ahí.

Con nosotros se quedan tus recuerdos, tus ejemplos,
tu cariño, tus besos,tu preciosa sonrisa
y el consuelo de que nos esperarás en el cielo.

Mamá, te queremos y estás muy dentro de nosotros,
porque lloramos entre tus brazos, y te vimos reír.
Porque todo lo que hoy somos te lo debemos a ti.

En memoria de mi madre María José Romero Herráiz
Una gran mujer