Canciones Populares cordobesas I

Callejita de las Flores
Música y Letra: Ramón Medina

Callejita de las flores
me ha dicho la luna clara
que dentro de tu recinto
nació la bella Azahara.
La de ojos azules y voz de cristal
que por favorita eligió un sultán
que la lunita, luna de Oriente
como es creyente, no puede
engañar.
Es tu encanto linda calleja
una riqueza que hay que guardar
un tesoro, joyel del moro
que la mezquita desde su torre
no deja nunca de vigilar.
Tienes cuerpo de guitarra
con clavijas de claveles
tus rejas son los bordones
y tus balcones caireles.
Y en la clara fuente se puede
escuchar
de la favorita el mejor cantar
que la lunita, luna de Oriente
como es creyente, no puede
engañar.
Joya cordobesa calleja agarena
gitana y morena
que me hace soñar.

Caminito de Santo Domingo
Música y Letra: Ramón Medina

Caminito de Santo Domingo
iba una mañana florida de abril
con pañuelo de talle precioso
que lucía airoso
tu cuerpo gentil.
La romería va en caravana
muy de mañana
para rezar
desde el calvario hasta el santuario
el Santo Rosario
con fe y con piedad;
y tras el eco de las oraciones
se escuchan canciones
de amor y de paz.
Hechicera cordobesa, nacida en el barrio
de San Agustín,
que llenas la romería de luz, de alegría,
de risas sin fin,
si al mozo que te da achares
lo ves con otra bailar,
cántale por soleares, que son de tus lares
el mejor cantar.
Una nena de cara morena
con ojos de pena se siente cantar,
la saeta que envía a la Virgen
como despedida al pie del altar.
El sol se esconde, declina el día,
la romería va a retornar
y las guitarras vibran los bordones
y en sus vibraciones parecen llorar;
y en los caminos ecos vespertinos
de sones divinos
nos traen el cantar.
(Estribillo y entrada

Canción del Puente Viejo
Autor: Ramón Medina

Cuando voy para mi barrio
me voy por el Puente Viejo;
que es muy bonito
ver el reflejo
de la Mezquita
que se retrata
sobre las ondas de plata...
Ondas que alza el Betis, bello,
para rizarle el cabello
a la Sultana,
cristiana y mora,
la que tiene a la luna
por peinadora
El río Gualquivir
quiere al Puente consolar
y así le suele decir,
al pasar:
"Puente Viejo, no tengas envidia
de tu vecino tan reluciente,
que, aunque cuentas años por millares,
son tus sillares muy resistentes.
Puente Viejo, milenario,
nada debes de temer (bis)
¡qué las alas de tu Arcángel
siempre te han de sostener!