Lo primero es hacerse de cantidad suficiente de chapitas de lata, hay que arrancarlas con cuidado para que no le queden picos que podrían arañarnos, la mejor forma es moviendola de atrás a delante y biceversa hasta que se suelten.
El segundo paso es cortar un trozo de goma negra o del color que prefieras de unos 80 cm. aproximadamente, a mí me gusta la plana más estrecha en color negro que va con todo.
La doblamos por la mitad y hacemos un nudo dejando un pequeño agujero para luego poder cerrarla.
A continuación vamos metiendo las chapitas de manera que queden como se ve en la foto.
Al principio puede parecer un poco dificil, e incluso tendrás que deshacer alguna pieza, pero en el momento que le cojas el tranquillo te saldrán como rosquillas.
Por si no se aprecia bien, se ponen las chapas una por arriba y otra por debajo, con la cara fea para dentro, de manera que la pulsera quedará igual por el derecho y por el izquierdo.
Es importante que las chapas sean todas iguales, ya que existen dos modelos, con las redondas por los dos lados se trabaja mejor.
Estas chapillas no producen alergia, si eres un poco delicada como yo, no temas, podrás utilizarlas siempre que quieras.
También me hecho un cinturón muy chuli que ya os enseñaré otro día.
Algunas personas prefieren hacerlas con cintas en lugar de goma, yo prefiero la goma porque es mucho más cómoda, se pone y se quita sin tener que desatarla.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
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