domingo, 7 de febrero de 2010

PADRE NUESTRO

Hijo mío que estás en la tierra,
Preocupado, solitario, tentado...
Yo conozco perfectamente tu nombre
Y lo pronuncio santificándolo,
Por que te amo.
No, no estás solo
Sino habitado por mí,
Y juntos construiremos este Reino
Del que tú vas a ser el heredero.
Me gusta que hagas mi voluntad,
porque mi voluntad es que tú seas feliz,
ya que mi gloria eres tú,
cuando estás vivo
y por eso quiero que llegues a vivir
para siempre.
Cuenta siempre conmigo...
Y tendrás el pan para hoy;
No te preocupes,
solo te pido que sepas compartirlo
con tus hermanos
sabes que perdono todas tus ofensas
antes incluso de que las cometas
por eso te pido que hagas lo mismo
con los que a ti te ofenden.
Para que nunca caigas en tentación
cógete fuerte de mi mano
Y yo te libraré del mal,
De todo mal.
¡Querido hijo mío!

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